El pasado sábado fue un día lleno de risas y deliciosos tamales con los abuelitos. 
Pasamos un rato increíble compartiendo historias, disfrutando de la comida y, sobre todo, del cariño y sabiduría que nos brindaron. 
Siempre es un honor poder convivir con ellos y aprender de sus experiencias. ¡Gracias por tanto, abuelitos!
Nos llevamos en el corazón esos momentos tan especiales.





