Estos son los compromisos adopatos de la reunión:
O ahora o nunca, dijeron en su presentación, en Abu Dabi. Gracias a los esfuerzos hechos, la polio ha retrocedido hasta quedar enquistada en solo tres países: Nigeria, Pakistán y Afganistán. Nunca había estado tan débil y por eso ahora es posible la erradicación, pero si no se actúa rápido y con decisión, podría volver a expandirse. El ejemplo de las dos primeras fortunas ha seducido a otros magnates, como el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg.
Pero Bill Gates siempre mira más allá. El espíritu innovador que le llevó a crear Microsoft impregna ahora los postulados filosóficos de la Fundación Melinda y Bill Gates. En su conferencia anual celebrada en Seattle, abanderó la idea de la disrupción positiva para el cambio global, un concepto que propugna “desafiar” las estructuras tradicionales para lograr cambios que permitan transformar el mundo. Ejemplo de estructura tradicional en la lucha contra el sida sería la Iglesia católica cuando se opone al uso del preservativo. Y ejemplo de disrupción positiva sería, en un país islamista, garantizar que las niñas continúen en la escuela. La filantropía no puede quedarse en las buenas obras. Ha de servir para cambiar el mundo, sostiene.
La forma de ayudar no es neutra. Hace unos días, otro magnate que dedica gran cantidad de dinero a filantropía, George Soros, fue preguntado en Barcelona qué opinaba de los paraísos fiscales. Y vino a responder que los utiliza porque le permiten ganar más dinero, y poder luego invertir en sus Open Society. Aunque el fin sea loable, la forma de conseguirlo no parece muy disruptiva.
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