En los tiempos
que corren, no podemos obviar el hecho de que en la sociedad, los poderes públicos y los gobiernos en
general, no llegan a satisfacer o paliar
esas necesidades, por lo que Rotary juega un papel fundamental
como un instrumento para contribuir al bienestar de los menos favorecidos.
Este deterioro
ético de las personas, afecta brutalmente al núcleo de la sociedad y de la
imagen de la familia, como se demuestra en todos los estudios de opinión
pública. Quienes tenemos mayores responsabilidades en el ámbito social y tenemos
la suerte de pertenecer a Rotary, no podemos permanecer indiferentes frente a
esta cruel realidad. Debemos actuar con coraje y decisión, con el objeto de
cambiar radicalmente esta percepción de la ciudadanía. Si no lo hacemos, no
estaremos cumpliendo con nuestras responsabilidades básicas como verdaderos
Rotarios y serán nuestros hijos y los
que hoy son las más jóvenes, los encargados de recordarnos algún día cuales fueron nuestras responsabilidades.