Así Paul
Harris en el mensaje ante la Convención del RI DE 1936 en Atlantic
City, Nueva Jersey, USA “Los
sudamericanos consideran a los negocios un medio para lograr un fin pero no un
fin en sí mismo “.
Paul Harris en el mensaje ante los Rotarios de Winnipeg. Manitoba, Canadá, durante la
Cuarta Conferencia para la buena voluntad dijo textualmente “La felicidad es uno de los atributos del
hombre que se resiste a la búsqueda más decidida y cuando llega, lo hace sin
que la busquemos, en los sitios más insospechados”.
La satisfacción es el resultado de lo que hemos hecho en un día, semana,
mes, año o en toda nuestra vida. Por lo tanto la satisfacción puede ser buena o
mala, y la satisfacción depende mucho de nuestra aptitud y actitud frente a los
problemas y acontecimientos que nos pasan en el día a día.
Por eso la satisfacción personal dependerá muy mucho con lo que hacemos
todos los días y una de ellas queramos o no es nuestro trabajo profesional. El
saberlo aprovechar esto nos va a condicionar a tener más tiempo para otras
cosas que será también muy importante para obtener una gran satisfacción
personal.
Si nos damos cuenta todo en este mundo y lo que nos rodea tiene un orden
establecido y los humanos como un eslabón de esta cadena del orden debemos
estudiarlo, aprenderlo y ejecutarlo para así tener más satisfacción y en
definitiva ser más feliz. Esto que quiere decir pues que en un día tenemos que
dormir, comer, trabajar y tener tiempo para nosotros, los que tienen asumido
esto y saben distribuir su tiempo sin duda van a tener mayor equilibrio ,
estarán mas satisfechos personalmente y esto les llevara sin duda a ser más
felices.
Benjamín
Franklin dijo una frase para mí genial “Las tres
cosas más difíciles de este mundo son: guardar un secreto, perdonar un agravio
y aprovechar el tiempo”.
Es muy común escuchar a las personas que no tienen tiempo para realizar
ciertas labores, como también preguntas ¿Qué hacer para organizar el
tiempo? ¿Cómo utilizarlo eficientemente?
Cuando una persona no sabe
gestionar su tiempo las consecuencias nos se hacen esperar. Nuestra salud, el
trabajo, las relaciones familiares… pueden verse afectadas por una mala gestión
de nuestro tiempo.
Se dice que el estrés o la ansiedad que esto nos
genera suponen un factor de riesgo para la aparición de algunas enfermedades,
como es el caso de los trastornos cardiovasculares (hipertensión) o digestivos
(acidez, colon irritable). También nuestra salud mental puede verse afectada.
Los trastornos de ansiedad, las adicciones, o la depresión pueden verse
precipitados por una mala organización del tiempo. La ausencia de descansos
(que deben estar incluidos en tu planning de organización del tiempo) es una de
las causas más comunes de la repercusión de la falta de tiempo en tu salud.
También se señala, que la reducción del rendimiento,
el estrés laboral, el burnout (estar quemado), la incapacidad para asumir
tareas interesantes por no tener tiempo para ello o la pérdida de objetivos son
algunas de las secuelas que la falta de organización pueden tener sobre nuestra
profesión.
¿Cuáles son los objetivos “ergonómicos” para obtener la mayor
satisfacción en tu vida?
1) Lo primero es ganar tiempo para ti. Reserva en
tu agenda una hora para ti y dale a esa cita contigo misma la importancia que
tiene, como si se tratase de una importante reunión de trabajo, y no la
canceles bajo ningún pretexto. Si alguien te pide algo en ese tiempo, no cedas,
recuerda que tienes una cita con alguien muy importante: tú.
2) No hagas algo que no quieras hacer. A veces
aceptamos proyectos que no nos interesan o nos apetecen sólo por complacer a
alguien. Así que antes de volver a aceptar cualquier propuesta, piensa bien si
te interesa y el tiempo que tendrás que dedicarte.
3) Calidad en lugar de cantidad: Estamos
acostumbrados a recibir mil y un estímulo del exterior, y realizar varios
trabajos al mismo tiempo. Sin embargo, hay muy pocas cosas que nos dejen huella
y en las que pongamos los cinco sentidos. ¡Tienes que saber elegir el mejor
trabajo para ti, y descartar aquellos que no lo son!
4) Tiempo para vivir. ¿Vives
para trabajar o trabajas para vivir? Si dedicas la mayor parte de tu tiempo al
trabajo, por muchos éxitos que consigas, seguramente estás dejando de lado
aspectos tan importantes como tu familia y tus amigos.
5) Vive y prescinde de
las modas. No debemos dejarnos seducir por las
modas y medir nuestra felicidad por lo que tenemos. Muchas veces caemos en el
círculo de trabajar para tener más y más, pero en realidad lo único que
conseguimos así es gastar nuestro tiempo en algo que no nos llena. Pregúntate
si te compensa esa actitud y recuerda que necesitas tiempo para pasear, jugar
con tus hijos o leer un libro que además son actividades que no cuestan dinero,
por lo que no necesitas tener tanto.
6) Lo que necesitas y
lo que no. Las cosas que no necesitamos, nos
llenan durante muy poco tiempo para luego caer en el olvido. Quizás el tiempo
que empleaste en conseguirlas las podrías haber dedicado a otros objetivos más
duraderos. Recuerda que prescindir de determinadas cosas puede ayudarte a ganar
más tiempo para ti.
7) La monotonía es un
enemigo, ya que genera insatisfacción y
aburrimiento. Busca cosas diferentes que hacer cada día y tendrás la sensación
de aprovechar el tiempo y tener mayor satisfacción.
8) Márcate objetivos. Esta es la base, o la forma de poder
desarrollar cualquier estrategia. Si no sabe a dónde ir, o que logro se
intenta obtener, muy difícilmente logre algún resultado importante. Se
claro, define correctamente y escríbelo. Luego lo tienes que leer, critícalo,
y lo vas modificando. Retroalimente estos pasos hasta lograr el mejor
resultado, en el menor tiempo posible.
9) Fracciona
los objetivos complejos. Siempre es posible fraccionar los objetivos a largo
plazo, en los de mediano plazo y luego en los corto plazo o mensuales.
Incluso los mensuales se pueden acotar a una sucesión de objetivos semanales y
éstos separarlos en objetivos de dos o tres días, o incluso diarios. El secreto
es tenerlos alineados, para recorrer un camino armonioso hacia el largo plazo,
y no desviarse.
10) Anota
tus objetivos en tu agenda. Hay que escribir todos los objetivos en las agendas
y mantener el compromiso de cumplir con todos ellos.
11) Prioridades. Escribe tus prioridades, como por ejemplo
vencimientos de pago o de entrega de trabajos o cumplimiento de rutinas internas.
Muchas veces podrán quedarnos tareas pendientes, pues no somos máquinas
perfectas y cumplidoras, y esas tareas atrasadas pueden retrasar o tapar las
prioridades reales del día. Tenemos que diferenciar entre Lo importante que
tiene prioridad y lo urgente que no debe cambiarnos los objetivos de nuestra
agenda. El mezclar estos dos conceptos de ergonomía de trabajo es un
error muy común.
12) Mayor productividad. Todos tenemos un horario en
que nos concentramos mejor, en que
nos dejan "trabajar tranquilos", o un horario en que hay que hacer el
trabajo sí o sí. Por el ejemplo el cierre del día, o de una caja, o redactar
cartas o informes. Sepamos claramente en qué momento del día podemos o debemos
realizar tal o cual tarea, y en ese momento nos abocaremos a ello, y no a otra
que se pueda realizar luego o antes.
13) Controla
tus tiempos. Por
el sistema que mejor se adapte a tu personalidad, controla todos los días tus
tiempos reales de trabajo, para saber si podrás cumplir con tus objetivos del
día, si estás adelantado o atrasado. Muchas veces es posible realizar
ajustes o motivarse más, para mantenerse en línea. Los
"recreos" muchas veces relacionados con el chat, las redes sociales o
el mail, solo empeoran tu agenda de trabajo. Si los objetivos impuestos son
diarios, el paso a paso es esencial para lograr la eficiencia y mantenerla.
14) Saber delegar. Todos tenemos
habilidades, y podemos realizar muchas tareas distintas, algunas mejor que
otras. Esto muchas veces nos lleva a creer que podemos hacer todo, y nos
cargamos de trabajo, pensando que podemos hacerlo, que lo hacemos mejor, o que
no hay nadie que lo sepa hacer. Las habilidades y el conocimiento nos dan
posibilidades, pero el tiempo real para trabajar es quien nos impone el
freno. En función del tiempo que tenemos para trabajar hay que organizar
las tareas pero sepa distinguir una de otras. El secreto es delegar la tarea delegable.
15) Organiza equipos de trabajo. No es fácil armar un equipo de trabajo. Hay que saber elegir
a su líder. Además éste debe mantener motivados a todos sus integrantes,
debe saber delegar y proporcionar soluciones viables para obtener lo mejor de
cada uno. La confianza y la contención son factores esenciales.
Una de las grandes incógnitas de hoy en día, es porque existe tanta
depravación, violencia, desintegración familiar, vicios, drogas, etc.; si
hacemos un análisis de nuestra actitud y prioridades ante la familia y la
sociedad, nos damos cuenta que muchos pasan un promedio de 8 horas del día en
el trabajo, 8 horas del día durmiendo, 5 horas del día para desayunar,
comer y cenar y traslados por la ciudad y quizás únicamente 3 horas del
día en familia, con tus hijos, sino es
que lo usan para otras cosas.
Estamos
inmersos y gastamos mucho tiempo en ganar más dinero, hacer más negocios, pero
olvidamos el precioso tiempo que necesitamos para compartir tiempo con los
hijos, la pareja, los padres o con nuestros abuelos; es por eso que las
sociedades se vuelven frías, en las familias el amor es algo desconocido,
probablemente hasta absurdo, pretenden compensarlo con juguetes caros, ropa de
marca, todo con el lema de que son civilizados o modernos, y no se dan cuenta
que en realidad son presos de su propia ignorancia, esclavos de la ambición y
codicia, se envuelven en su novela mental queriendo vivir una vida de
televisión, ignorando totalmente los principios y creencias básicas que debe
tener una persona, pero no, nos volvemos imitadores de otras culturas y
pretendemos ser como otras sociedades que creemos que son más adelantadas.
No es posible que vivamos únicamente por y para el trabajo, está muy bien
ser un buen profesional y luchar por tener lo necesario, pero eso que no te
convierta en un esclavo del trabajo, todo para obtener cosas materiales si lo más
importante lo dejas a un lado. Si bien tenemos que prepararnos académicamente,
ser buenos profesionales y dar lo mejor en el trabajo, no permitas que
eso te aleje de tu familia y te haga perder momentos tan deliciosos con tus
seres queridos, momentos de conversación, aconsejando a tus hijos que tanto lo
necesitan, escuchándoles y enseñándoles desde tu experiencia, no trates de
compensarlo con juegos de video, Internet o aparatos electrónicos.
No permitas que el trabajo absorba tu paz y tranquilidad, ni el tiempo con
tus seres queridos, todo en esta vida se acaba, pero el amor, la
enseñanza, el ejemplo, la educación y las buenas costumbres,
son una buena herencia que debemos
transmitir de generación en generación y permanecerá sin duda la satisfacción
en los corazones y mentes de
nuestros hijos para siempre.
Nadie pondrá en duda que una persona trabajadora es una gran virtud. En
efecto, lograr un desarrollo laboral, intelectual y económico dentro de nuestra
área profesional es un privilegio que en la actualidad pocas personas alcanzan.
Sin embargo, la situación constituye un problema cuando el trabajo va más allá
de ganarse la vida o de realizarse profesionalmente, y se convierte en una
adicción capaz de ocasionar serios problemas físicos, personales, familiares,
sociales e incluso laborales.
Pienso que estar en la
Oficina más tiempo del que corresponde no es sinónimo de responsabilidad, hay
que planificarse y hacer las cosas en la jornada laboral, eso te deja tiempo
para hacer otras cosas de tu vida personal, llevarse trabajo para la casa acaba
con la familia y con el desarrollo de la persona que necesita descansar.
Es importante tomarse un
tiempo también para uno. Hacer bien tu trabajo, programarse y que te sobre
tiempo para tí, y para tu familia esto es lo ideal. A veces las personas no
hacen la separación entre trabajo y casa pero hay que aprender a hacerlo. De lo
contrario pierdes el equilibrio y la satisfacción por vivir como una persona
feliz. Como decía Paul Harris “los negocios deben ser un medio para lograr un
fin pero no un fin en sí mismo “.